Somos Del Color Que No Puedes Ver

Sunday, January 28, 2007

Reflexion 2 AM

Meditativo reflexiono mi tiempo vivo
son veinte años de una nueva historia humana
que fluyó constantemente a este momento---que era donde tenia que llegar---
y paso por mil formas
adentro
afuera
la perdida de Dios
y la primer palabra
mi recuerdo desde niño de mi nacimiento
fiel a ese recuerdo
cuando todo mi entorno trato de hacerlo desaparecer
como con todos mis ideales
mis sueños
y mis fabulosas utopías
¿Qué es lo que les molesta que no me dejaron soñar?
Igual rompi mi molde
me escape de la existencia mundana
y deje sangre desparramada en ningun lado
me reencontre con mi Ser Interior
y explote en una danza chamanica de Rock y Jazz
en noches maravillosas y días tristes
en erupciones de nada en mi cerebro
reestructurado por el sudor de mi propia frente
y el impulso vital de mi hermosa Alma
Recuerdo los días desinteresados de colegio
la cantidad innumerable de juegos
y ese algo distinto que siempre sentí
en la forma de encarar relaciones
en la forma de sentir una vida profunda
las borracheras destructivas
las lagrimas compartidas
amistades fuertes como un árbol que desaparecieron
mi primer porro en las vías
y los mil quinientos que rompieron
las limitaciones de mi ser
hasta que me dolio
y dije no
y dije si-debil-
y ahora solo meditación
uso chamanico cosmico universal
la quita de mi libertad por la planta sagrada
como odie a los bastardos duros como un palo
que me llevaron
y me traicionaron
y se traicionaron
y todos los problemas familiares que eso trajo
la ruptura de confianza
para llegar a una relacion honesta
con el paso de las formas
y el desapego de la carne
la familia
los amigos
comprender la muerte como una puerta
casi identica a nacer
y no llorar por un abuelo muerto
tranquilidad
porque encontro su paz
la que el cuerpo a veces no nos da
y las lagrimas sin freno
por la muerte de marcelo
durante años
años sin un amor verdadero
receloso
envidioso
sentido traicionado por la vida
que no me traia mujer alguna a mi lado
solo sexo pasajero
ese desenfreno que amo
que no pude encontrar en mi primer amor
que tenia miedo
de tener amor
y ser amor
y abrirse a las mareas indomables de Dios
hacer símbolo la pregunta
en la propia carne
en la espalda
y responderla en un brazo
el derecho
con el amo
me masturbo
escribo
y fluyo
con el mismo que saludo
desconocidos
en ese afan loco de caminar la calle
y ser uno con todos
con los mas marginales
y con todos los descalzos
sentir el peso de las obligaciones y los mandatos
en cada hueso
luchar
resistir
dejar la facultad sin miedo
y estudiar la vida
la filosofía
de los días lunares
o solares
Amar desinteresadamente
el sol
la tierra
cada animal
y cada humano
sin esperar nada a cambio
mas que un rayo de sol
aire puro que respirar
un ladrido que pueda entender
una mirada o un gesto de amor
Intento, trato
de llevar adelante formas puras de vida
conectadas
de llenar espacios
de ser referente
humilde
a veces discuto lo indiscutible
no voy a negar mi ser
nunca
nunca
nunca
yo mismo soy un tema infinito
de discusión
pero me acepto
y me amo
y amo
y soy feliz
pudiendo amar
ser
capaz
de reflexionar
y cambiar
el tiempo
en que
estoy
……………………………………………………………………………………VIVO

Saturday, January 13, 2007

Hacia los Bosques

Hacia los bosques... largo viaje de colibri
Dejando atras el ruido infernal-mental- de la ciudad
Entregandome de lleno a la amplitud de los campos verdes y del espiritu inmaculado que habita entre las colinas de la señora naturaleza
No habra ruido, no habra tiempo... solo el del sol
y el las guitarras de los fogoneros del universo-civilización oculta y milenaria de defensores del cosmos y de la tierra , de la nobleza impresa en el genoma humano-.
Amor, respeto, apertura a relaciones nuevas con personas iguales a uno diferenciados solamente por la piel que nos envuelve y nos protege.
Hacia los bosques...largo viaje de colibri hasta las alturas del alma.

Thursday, January 04, 2007

Gregory Corso: poesía, cárcel y maletas



Deseaba ser poeta mucho antes de escribir mi primer poema; en realidad, ignoraba como se escribe un poema cuando sentí que deseaba ser un poeta. Tenía trece años y estaba literalmente sólo en el mundo; mi madre -a quien nunca ví- abandonó a mi padre cuando yo tenía un año y él estaba en la Marina. Era yo un chico de las calles y no fui a escuela alguna. Robé para subsistir durante la Segunda guerra Mundial, en 1943, y dormí en techos y subterráneos de la inmensa y salvaje ciudad de Nueva York. Ese año pasé por un infierno, y creo que ese mismo infierno dio nacimiento al poeta.De haber permanecido en las calles no hubiera sabido, quizá que rumbo tomar. Me sacaron de ellas, fui enviado a la cárcel, y he aquí que algo que la mayoría hubiera considerado una gran injusticia (enviarme a una prisión a los 17 años -donde era el menor- en vez de a un reformatorio con jóvenes de mi edad) resultó ser lo mejor que pudo sucederme nunca. En la prisión no experimenté la absurda torpeza de la juventud; en ella tuve que tratar con hombres, con tristes hombres, y con el tiempo (tres años en total), tiempo en que leí miles de grandes libros. Cuando abandoné el lugar a los 20 años de edad, era un autodidacta en humanidades. La prisión es triste solamente cuando caen en ellas gentes maduras o ancianos; pero cuando un muchacho de sólo 17 años -y especialmente si está poseído por los dioses de la poesía- ingresa a una prisión destinada a adultos, se encuentra mejor que en Oxford, por Dios! Esto no significa que la prisión sea un buen lugar, por supuesto. Cualquier puerta de hierro cerrada sobre un hombre es algo triste y terrible. Pero no está en mi idiosincrasia rechazar algo desagradable cuando ese algo, de alguna extraña manera me ha sido beneficioso.En verdad, el contraste entre el poeta y el convicto surge que de el poeta es franco e intrépido, en tanto que el convicto es sumiso y temeroso. El poeta piensa en cantar al hombre y, por lo tanto, en beneficiarlo, mientras que el convicto piensa sólo en ayudarse y puede -aunque no lo hace con frecuencia- expresar compasión hacía su prójimo, es decir, por otro convicto; pero no por el hombre en general. La razón por la cual no tuve tropiezos con tal contraste se haya en que si bien en un principio fui un "convicto", al salir de prisión era un poeta, sólo un poeta, nunca me sentí sojuzgado, temeroso o alienado. Abandoné la prisión orgulloso, por así decirlo, de haber estado en un lugar donde pude ver a mi prójimo como sólo podía hacerlo allí, en su peor condición; orgulloso de haber salido vivo, inteligente, y en buen estado de ánimo; orgullosa de que la prisión, y no Oxford, constituyera mi educación, de allí la diferencia; los hombres que salen de la prisión no quieren hablar de ella, y generalmente encuentran dificultades para conseguir empleos, etc… Yo salí a los veinte años, de modo que en lo que respecta al tiempo, nada estaba perdido. Al ingresar allí un viejo me había dicho, con sabiduría: "Hijo no condenes tu tiempo, haz que te sirva". Eran ciertas esas palabras… El tiempo me fue útil: me educó y configuró… Al salir escribí mis mejores poemas, y lo dediqué a los hombres que están en prisión, pues ellos fueron quienes me dieron los maravillosos libros y las hermosas visiones del hombre en el apogeo de su sufrimiento y desesperación. Pero no escribí poemas sobre la prisión o sus hombres. Escribí sobre el mundo exterior. Si se debe ascender por una escalera para alcanzar una altura y poder ver desde allí, entonces es mejor, para quien lo haga, hablar acerca de lo que observa y no sobre cómo subió, y menos aún acerca de la escalera.Recuerdo vagamente mi primer poema, que extravié quizá junto a otros mil, ninguno de los cuales tengo presente. Lo perdí en Miami, Florida, justamente allí. Los tenía en una enorme valija; eso era todo lo que solía llevar como equipaje en mis itinerarios; una valija en la que guardaba un par de camisas, un traje arrugado, alguna ropa interior y medias, siendo el resto poemas.La distribución de la poesía entre los poetas es equitativa, y su comprensión es hoy más vasta que nunca. Pero, desde luego, no importa el hecho de que un poema se difunda o no ampliamente. En tanto él sea portador de la verdad y suponga el poder de la avanzada conciencia del poeta, llegará, se lo comprenda o no, se lo acepte o no, a la conciencia general de la humanidad, beneficiándola. Esta es la magia del poema, este es el verdadero misterio de la poesía; su capacidad para adelantar y mejorar la causa de la creciente conciencia común. Del mismo modo, también sirve al poeta; le enseña. Saludo a la poesía como a mi maestra, no a la poesía de otros, no a la poesía que he leído, sino a la poesía que he escrito. Baso mi conocimiento de las cosas, de esas cosas invisibles (aquello que se relaciona con el pensamiento, el sueño, la imaginación) y de esas otras que son visibles, en el acto de escribir: soy mi propio maestro. Creo entonces en que soy mi propio maestro, puesto que soy, también, la poesía que escribo. Por cosas visibles significo la vida que me rodea, la vida cotidiana. Por lo tanto, como poeta y como hombre -que es lo mismo- siempre estoy aprendiendo, extrayendo conocimientos de lo que veo y de lo que pienso; los mezclo, y he aquí la esencia de mi poema. Probablemente ese es el camino de todos los poetas, pero creo distinguirme en un aspecto: todas las cámaras, sean buenas o malas, pueden tomar la misma fotografía; lo mismo sucede con los poetas. Ellos, cual ojos humanos, pueden ver el mismo objeto (dando por sentado que todos miren lo mismo), pero a diferencia de la cámara no todos registran esa visión con igual luz. Cuando miro lo común y ordinario, lo familiar, esto automáticamente se transforma por proceso del corazón y por el don que poseo de la poesía: lo veo en forma diferente, lo veo por primera vez.Permítaseme hacer una aclaración. Cuando digo que si el poeta no obtiene lo que merece dejará de existir, no quiero decir que dejará de escribir. Nadie sabe por qué o cuándo se transforma en poeta, y nada habrá de impedirle ser un poeta, y escribirá esta un fin inimaginable, porque la poesía nunca puede dejar de ser. Lo que el poeta dejará de hacer es relacionar su poesía a aquellos que lo escarnecen -no importa con qué intenciones-, porque escarnecer es no tomar en serio y no tomar en serio es no comprender. Lo trágico sobre el respeto y el honor en mi país es que se requiere dinero para obtenerlos. Por lo tanto el poeta está necesitado, muy necesitado de él, es derrotado antes de comenzar, ya que lograr dinero es una cosa muy difícil para un poeta.Espero haberme hecho entender. Espero haber hecho llegar la verdad de que un poeta no escribe por respeto u honor. Al contrario, generalmente escribe por motivos opuestos. Tampoco pide que se lo respete por ser diferente. En verdad, no lo pide de ningún modo. Yo lo pido por todos ellos. Yo, simplemente soy un poeta, eso es todo. La idea de que habrá todavía miles, buen Dios!, millones de poetas en los miles de años por venir, me hace tambalear… Me quedo con el interrogante de cómo serán las cosas para ellos, del mismo modo que pienso en cómo serán las cosas para todos los hombres. Decir poeta, después de todo, es decir hombre.