Somos Del Color Que No Puedes Ver

Tuesday, March 06, 2007

Pezón de Miel


Así déjame rozar con mi mano tu pezón de miel, no temas no podría lastimarte. Quiero intentar algo que vi, en un sueño o en un deja vu divino. Sabes que no tengo buena memoria causal, mis neuronas funcionan mejor para todo lo que sea aliento de estrellas; así que tendré que improvisar y dejar que esa imagen fluya desde mi cuerpo hacia el tuyo y que mi boca roce con la tuya y elevarnos en un sexo animal que no tendrá nada de morboso ni pornográfico. Quizás ni te penetre, quizás no intente ni tocarte y estimulare tus partes erógenas desde un plano vibracional mas alto y tus piernas chorrearan constante luz solar mientras el amor toma lugar en dos cuerpos desconocidos. No voltees, no busques reflejarte en algún espejo actual; esta danza esta mas allá de esas nubes colorantes que acolchonan tu vida en este planeta y justo ahí donde no tienes forma te haré el amor de una manera descomunal; las gotas de sudor incorpóreo caen como sueños sobre nuestros cuerpos mientras ellos aman y tratan de gozar a su manera, las sonrisas placenteras escapan entre gemido y gemido. Veo tus pezones humeantes erectarse y los beso suave, los apreso entre mis dientes de marfil de luna y los estiro. Sientes bajar por todo el cuerpo esa energía que activa el flujo, la sientes recorrer cada rincón de tu cuerpo, la espina dorsal, tu orgasmo latente cae en mi boca desde tu pezón, me erecto en dimensiones desconocidas y con mis dedos recorro toda tu piel celeste. Tus esféricas gemas verdes penetran en mis cristales azules, mi lengua se acomoda entre tus lóbulos y tu respiración se entrecorta para mis oídos. Detengo la explosión, beso tu flor de loto y respiro profundo aroma a mujer (fuerte, penetrante) me sumerjo en el agujero eterno de la vida; un monte rosado asoma entre el pasto y con mi lengua lo lleno de placer; gritas en un idioma antiguo y las chispas de tus palabras encienden velas y sahumerios milenarios. Penetro tu ser con mi bastón eléctrico, el corazón bombea rápidamente en nuestros cuerpos y la sangre oxigenada reparte pequeños orgasmos constantes en cada extremidad divina. Nuestros alientos, uno; siento tu cuerpo caliente fundirse con el mío mientras formamos círculos de luz en el aire y en el cielo. Introduzco toda mi lengua santa en tu boca abierta de placer; bebo tu agua tu bebes la mía. Cada pequeño roce de piel es una explosión más en los soles ocultos dentro de nuestras almas milenarias. Muerdo tus senos, exprimo su jugo hermoso de vida para que tus uñas intenten traspasar mi piel, y pulsando la corriente primordial de pequeños seres crezcan nuestras auras anaranjadas hacia formas impensadas de gozar. Tomas las riendas del momento y te sientas sobre mi, tus caderas circulares miman mi mas profundo ser. Hundo mi cara en tu pecho, me estremezco y te rodeo con mis brazos de plumas; apretando fuerte yendo cada vez mas adentro (siento nuestras almas saltar los cuerpos). Tus manos rodean mi cara firmes, nuestras miradas fijas una en la otra; me mojo con tu viento soltado sobre mi cuerpo. Con ambas manos tomo tus nalgas sudadas y mis dedos resbalan entre la carne ardiente, intento con mis manos adentrarme en tu cuerpo. Lo logro, tu grito me hace vibrar; gemidos salvajes recorren mi pelo desde tu boca, no queres que pare, yo no puedo parar. Me mordes un hombro, siento tus dientes penetrar mi carne y fluir la sangre; las estrellas llegaron a mi árbol sagrado. En un movimiento brusco entrelazo mis piernas a tu cuerpo dejándote caer de espaldas y me dejo ser dentro tuyo en un momento divino, fuera del tiempo y los cuerpos. Beso tus labios y mi mano se adentra en tu pelo forzando nuestro tierno encuentro. Beso cada parte de tu cuerpo, mientras tu manos recorren mi espalda dejando mándalas expansivos debajo de la piel; quiero comerte amorosamente entera y que descanses dentro de mi cuerpo.
A la distancia y sin conocerte fundimos nuestros seres en camas de algodón y esto lo escribí para vos.

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